Podés leer el segundo número de la revista Juegoteca Comunitaria haciendo click acá: https://drive.google.com/file/d/13DqIGsgoUtg_P9GzoUXb-NL0wl6tdebs/view?usp=sharing

En el primer número de la revista subrayamos el sentido de la tarea de lekotek en torno a su trayectoria y en particular a la puesta en marcha, en este año, de la juegoteca comunitaria, en un escenario pandémico caracterizado por el distanciamiento social preventivo obligatorio.

Ahí, dónde el regulador, en términos de cuidados fue el distanciamiento, desde lekotek pensamos y operamos, preguntándonos ¿Cómo desde el distanciamiento podíamos generar cercanía, familiaridad, sostén? Ubicando al jugar como el motivo central de cada encuentro virtual.

Respuesta que fuimos construyendo y consolidando en una práctica inédita
en nuestro espacio, como en tantos otros también, expresado en relatos que ya compartimos en el número anterior.

Esa juegoteca virtual, que seguimos sosteniendo, fue, de alguna manera, la estructura que nos permitió sostener el tiempo de demora del retorno a la presencialidad.

El Dr Pichon-Rivière hablaba del arte como la posibilidad de transformar lo siniestro en maravilloso.

No dudamos de la capacidad del juego para operar en ese sentido. Algo de la reparación surgió, de la revancha de lo que no pudo ser y ahora podemos comenzar a hacerlo, como efecto del encuentro físico, gestual, afectivo, colectivo. Con la imagen de las niñas y niños corriendo a toda velocidad para ingresar de manera “urgente” a la juegoteca. Con la presencia de mamás y papás contentos por el retorno. Encontrando un lugar para jugar con sus hijes, así también un taller donde rememorar juegos.

Estamos felices de abrir las puertas nuevamente, necesitamos de la presencia de las
infancias y sus familias, de los grupos de niñas y niños de las instituciones, de las organizaciones amigas con las que pensamos nuevos rumbos, son quienes nos dan sentido y cuerpo a nuestra tarea.

Este proyecto es realizado gracias a los fondos de la Iglesia Valdense Otto per Mille.